La eliminación de Universidad Católica en la Copa Sudamericana ha desatado una tormenta de críticas y controversia dentro del club. Nicolás Castillo, exdelantero y figura emblemática de la institución, ha encendido la mecha con declaraciones explosivas que ponen en tela de juicio la gestión directiva y el rumbo que está tomando la entidad estudiantil.
El ‘Huracán’ Castillo no se ha andado con rodeos al arremeter contra los dirigentes y el técnico Tiago Nunes, a quienes acusa de menospreciar a los jugadores formados en las divisiones inferiores del club. En un crudo descargo en redes sociales, el ariete cuestionó el trato preferencial que, según él, reciben los entrenadores y futbolistas extranjeros en comparación con los nacionales.
«¿Ven cuando digo que al de casa es al que menos se le respeta? Técnico chileno y de casa (Nicolás Núñez) al otro día de quedar eliminado, le hicieron sacarse la ropa de entrenamiento para despedirlo. A este extranjero, ‘siga no más’ y después le pagan para irse», disparó Castillo, aludiendo al despido exprés del estratega criollo en contraste con la continuidad del portugués Nunes pese al fracaso en el torneo continental.
### La identidad cruzada en juego
Pero las críticas del exgoleador van más allá de los nombres propios. Castillo pone en entredicho la esencia misma de la Universidad Católica, advirtiendo un quiebre con los valores y la idiosincrasia que forjaron la grandeza del club. «¿Club nuevo?, ¿club distinto?, ¿habrá que convivir con eso? ¡9 títulos en nueve años tiene que ser normal y obligación! Así nos enseñaron en las divisiones inferiores», espetó en respuesta a las declaraciones del gerente deportivo José María Buljubasich, quien habló de un «club nuevo» tras años sin conquistar títulos.
«Esos 7 títulos de los que hablas lo que más había eran jugadores de casa, los que no te gustan, todos sabemos por qué», agregó Castillo, reavivando la eterna tensión entre la formación de valores propios y la contratación de foráneos. Un debate que pone en vilo la identidad de un club que ha sido baluarte del fútbol formativo chileno.
Si bien la voz de Castillo resuena con fuerza por su pasado cruzado, sus cuestionamientos encuentran eco en un sector de la fanaticada que teme que la Universidad Católica pierda su esencia en la búsqueda desesperada de resultados. Una polémica que promete más capítulos y que pone a prueba la capacidad de la dirigencia para encarrilar un proyecto ganador sin traicionar los principios que hicieron grande a la franja estudiantil.
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